lunes, 25 de abril de 2011

La solución a "Las batas, inevitables"

Hola, chicos. Como todos estamos de vacaciones, os paso rápidamente mi versión de "Las batas", de Jordi Mercader, y las oraciones propuestas.La solución al poema la colgaré el domingo que viene. Los que queráis seguir avanzando, podéis trabajar el texto "Cómo me gustan esos hombres", de Rosa Cullell, publicado en El Periódico de Cataluña. Aquí os dejo el enlace:

http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/20110308/como-gustan-esos-hombres/936308.shtml

Y ahora, la solución. Como siempre, algo extensa. No para que lo hagáis igual, sino para que entendáis por qué hago lo que hago, y os sirva de explicación virtual.

LAS BATAS, INEVITABLES

Jordi Mercader

Tema: Crítica al retroceso de las dotaciones económicas para educación y a la imposibilidad de una igualdad real para todos los alumnos.
Primer párrafo
I.P: En Cataluña se van a confeccionar batas para el colegio
I.S. Habrá que evitar que los chinos revienten el negocio.
A. de datos: confeccionar medio millón de batas escolares por curso.
Segundo párrafo
I.P: No se sabe muy bien la finalidad de la vuelta a las batas.
I.S: Esta vuelta no va a suponer la igualdad de oportunidades para todos quienes las lleven.
A. de experiencia personal: no parece que el regreso tenga por objetivo la recuperación del respeto y autoridad del maestro.
Tercer párrafo
I.P: Es imposible abastecer de ordenadores portátiles a todos los alumnos, pero en cambio sí que se les puede dar batas, que son más baratas.
I.S: La bata, como guardapolvo, es muy útil: evita que nos manchemos con la tiza.
A. de generalización indiscutible: la tiza y el encerado como instrumentos básicos de la transmisión del conocimiento.
Cuarto párrafo
I.P: El uniforme, como los portátiles, son para los colegios caros,
I.S: Pero, aun con uniforme, se siguen necesitando las batas para llevarlas sobre aquél.
A. de experiencia personal: las batas evitan que se estropeen las blusas y los polos.

Resumen
En Cataluña van a volver a confeccionarse batas para el colegio, lo cual no nos consuela de la imposibilidad de proporcionar ordenadores portátiles a todos los alumnos. Indiscutiblemente, las batas son útiles para proteger del polvillo de la tiza, ya que vamos a tener que seguir usando la pizarra como instrumento docente básico. Es evidente que la industria  textil se beneficiará, pero en cuanto a la docencia,  por ahora los portátiles quedarán para los uniformados alumnos de los colegios privados, que también disfrutarán de la bata.
Tesis: implícita y sintetizante. De aquel prometedor plan del Gobierno para dotar a los alumnos con ordenadores portátiles, sólo queda como último reducto la vuelta a la bata, pues los famosos ordenadores se quedan para los colegios privados, cuyos alumnos se distinguen además por llevar uniformes. Jordi Mercader defiende que quienes lo tienen todo, lo seguirán teniendo todo; incluso las batas. El tema, junto con el título del artículo, nos dirige a esta tesis.
Valoración crítica del texto
Jordi Mercader pretendía ironizar sobre el fracaso del plan del Gobierno que tenía como finalidad proporcionar ordenadores portátiles a los alumnos de los colegios públicos, que es el tema que enlaza este texto con la actualidad. Evidentemente, este desembolso pecuniario no está en consonancia con los tiempos de crisis que vivimos en estos momentos. Por ello, Mercader hace alusión a la vuelta  a las batas. En vez de avanzar, volvemos atrás, a los tiempos en que nuestras madres (en este caso, vuestra profesora de castellano) iban a la escuela con bata para evitar mancharse la ropa. La forma que ha elegido para tratar el tema es correcta, pues ante la aparente seriedad con que se expresa a lo largo del artículo, subyace una evidente ironía de tonos ácidos, incluso amargos, que lo que intenta es que caigamos en la cuenta de que por parte del Gobieirno todo son palabras que acaban quedando en nada.
Opinión personal
Recuerdo aquellos días en que iba al colegio con una bata blanca, que en un alarde de coquetería llevaba colgada del brazo y sólo me colocaba cuando tenía que entrar en clase. En aquellos momentos, envidiaba ir a los colegios cuyas alumnas lucían un uniforme por la calle. No eran colegios totalmente privados ni para la clase alta, pero usaban uniforme porque era una manera de obviar la coquetería y la competición de modelitos. Nuestras madres trinaban porque un uniforme les hubiera ahorrado disgustos a la hora de vestirnos, porque era una pelea entre lo que nosotras queríamos llevar y lo que ellas tenían en mente,  y las madres de las alumnas de los uniformes también trinaban, porque los uniformes son carísimos y hay que tener al menos dos, por si te manchas. Pero a nosotras nos hacían ilusión: siempre queremos aquello que no tenemos.
En cualquier caso, es cierto que las batas evitan que nos manchemos, y que los colegios de uniforme también obligan a llevar bata en clase sobre aquél. Pero lo que Jordi quiere que razonemos es que todo esto de las batas no hace más que devolvernos a formas antiguas que ya deberían estar superadas. Las aulas están desprovistas de lo más elemental. No hay siquiera diccionarios o libros de consulta; en algunos centros, como el que vemos a diario, no hay ni psicólogo para atender a los chicos que tienen necesidad de orientación, académica o personal. Los ordenadores portátiles, que son un instrumento fantástico, podrían ser aportados por los propios alumnos: ¿qué mejor que llevar cada uno el suyo, con sus datos, su información, su organización, y poder seguir trabajando en casa con él? Por otro lado, tampoco son tan caros, y seguro que se podría pactar con los fabricantes algún incentivo si abarataran los precios para las escuelas sobre pedidos mínimos, repartiendo la comisión con los alumnos para que saliera más rentable para todos. Igual que se hace con los libros. Financiándolos, incluso. Todo menos volver atrás; hoy en día, gracias a los avances y al libre mercado, todos nos podemos comprar ropa de confección asequible, y cambiarnos si nos manchamos en la escuela. Por favor, que nadie justifique su falta de buenas ideas con la vuelta al pasado. Los “revivals” están bien en música. Pero nada más. Más le valdría a la clase dirigente proporcionar recursos para que los alumnos provenientes de familias humildes tuvieran las mismas oportunidades que los pudientes, y dejarse de medidas rocambolescas que no provocan más que la risa y el bochorno por lo ridículas.
Adecuación
Participantes en el acto comunicativo
Emisor. Hay una casi completa ausencia del emisor en este texto. En realidad, sólo aparece en la última oración: “Admitámoslo”, y lo hace en primera persona del plural. Su ausencia voluntaria en el resto del artículo obedece a un afán de objetividad ante el tema tratado. No por su cientificidad, ni porque Jordi desconozca el tema, ni porque le dé miedo implicarse, sino porque es tan absurdo y ridículo que si no se aparta de él puede acabar realizando una crítica peyorativa y prefiere atacarlo con elegancia. De ahí la impersonalidad de expresiones como  “habrá que proponer”, “será imprescindible superar”,  Jordi no haya llevado bata en su momento, o  no tenga hijos que se vayan a ver afectados por la medida.
El receptor implícito es el ciudadano medio con hijos en edad escolar, que se las prometían felices con el “regalo de Zapatero”, y los españoles que han superado los cuarenta y que aún recuerdan sus tiempos de alumnos con bata, muchos de los cuales también estarían de acuerdo en que la vuelta atrás en cuanto a los guardapolvos no nos va a aportar ningún beneficio real . Por otra parte, hay una alusión indirecta, pero incuestionable, a los artífices de las novedades en el plano educativo, para que antes de tener más ideas brillantes consideren las enormes desigualdades que siguen existiendo en este país que presume de democrático, pero donde se trata de recortar gastos en Educación, al contrario que en otros países europeos, donde los dirigentes saben que el futuro y el bienestar económico pasan por formar profesionales competentes,  y que donde se empiezan a formar es en el colegio. De este modo, seguimos favoreciendo a los pudientes y no hay una igualdad real. Este es, pues, el tercer grupo de receptores implícitos en la redacción del artículo.
Deíxis social
Es tan lejana que brilla por su ausencia. Jordi Mercader no se siente en absoluto cómplice  de los que elaboran las medidas en materia de educación cuando lo hacen tan mal como en este caso. Y por ello se aparta, para, desde la distancia, obtener una visión con perspectiva y no dejarse embaucar por la táctica que siguen. Es por ello que no aparece la primera persona, ni hay guiños cómplices más que al final, pero en el bando de los usuarios potenciales de batas, y no de quienes han propuesto su retorno. Si, además, no ha sido usuario de bata en su tierna infancia tampoco podrá empatizar con el receptor que sí lo ha sido.
Modalización
El texto, a pesar de su aparente objetividad, está muy modalizado. La modalización  valorativa se percibe, más que en la sustantivación o la adjetivación, en la ironía latente en expresiones como “pesimismo oficial / esperanzador anuncio”, “tiza y encerado / instrumentos básicos de la transmisión de conocimiento”, “el peligro de desarrollar el logaritmo neperiano de 1”., “alumnos que, naturalmente, no son iguales”.La idea que transmite es la de burla ante las medidas adoptadas por el Govern para hacer olvidar el fracaso de las medidas educativas llevadas a cabo por los responsables, amparándose en una fantochada grotesca que no hace más que insultar nuestras inteligencias: la vuelta atrás con “la vieja (es, por tanto, una medida anticuada) bata” Porque si piensan que el receptor va a creer que colocar a todos los alumnos la misma bata es sinónimo de igualar, como nos querían hacer creer antaño, están patinando.
La modalización epistémica se advierte en expresiones como “claro que aún no está decidido” o “antes habrá que”, “no parece que”, “por supuesto”. A lo largo de todo el texto, Jordi demuestra que conoce el tema del que habla y que da por hecho que el receptor sabe lo mismo y tiene la misma opinión que él. Es la que más protagonismo adquiere en el texto. Es una forma de hacer causa común con el receptor víctima, que no juez, en este asunto.
Deónticamente, el artículo pretende hacernos reflexionar sobre la falta de seriedad de los gobernantes, que primero prometen y luego incumplen, y por si fuera poco pretenden darnos “el cambiazo”, y sustituir ordenadores portátiles por batas sin que nos demos cuenta de la maniobra, con la excusa de que así todos somos iguales, cuando eso es mentira, y siempre habrá clases. Quiere que no nos dejemos engañar, que nos demos cuenta de ello: “Admitámoslo, el uniforme es solo para los colegios con ordenadores portátiles”. También la ironía, como recurso modalizador, nos hace preguntarnos si Mercader está en su sano juicio cuando habla del peligro de desarrollar el logaritmo neperiano de 1, mientras que no es más que otra forma de hacernos reaccionar y cambiar nuestra perspectiva respecto al tema.
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Cohesión léxica                              
Jordi Mercader pretende transmitir el mensaje de que la igualdad sigue siendo una utopía, y que cuando no se avanza, es inevitable retroceder. Las medidas que propuso el Gobierno para dotar de ordenadores a todos los alumnos son inviables por el elevado coste que suponen. Y ante este incumplimiento, piensan que colocar a todos los alumnos una bata los igualará. La coherencia del texto se reafirma con la cohesión que se manifiesta a través de mecanismos léxicos y gramaticales. En cuanto a los primeros, empezaremos por dos esferas conceptuales bien definidas:
Economía: industria textil, confección, medida proteccionista, negocio, talleres chinos, segmento de mercado.
Docencia: batas escolares, ordenadores, déficits de la educación, maestro, alumnos, escuela, tiza, encerado, conocimiento, pizarra, logaritmo neperiano, garabatear, decimales, incógnitas, uniforme, escuelas elitistas, colegios.
Estas dos esferas corroboran, además, la tesis: el pensamiento del autor está dirigido hacia los problemas que persisten en la educación.
Repeticiones léxicas: factor de igualdad, única igualdad, igualdad de oportunidades, y finalmente “vestir igual a todos”, que sin ser repetición léxica total sí que entra en el campo léxico de la palabra.
Por otra parte, tenemos sinónimos como pizarra/encerado, batas/guardapolvos, uniforme/conjunto cursi, colegios/escuelas, ordenador/portátil; y antónimos, como pobres alumnos/elitistas, pesimismo/esperanzador anuncio, uniforme/bata.
Todo ello redunda en una concepción bifocal del tema: medidas docentes / economía maltrecha.
Cohesión gramatical
En este apartado me he centrado en la foricidad cotextual, anáforas y  catáforas, y  en la deíxis espacial.
Empieza Jordi Mercader su artículo con una catáfora: habla de un esperanzador anuncio que no aparece hasta después de los dos puntos, empezando la segunda línea: la confección de medio millón de batas por curso.
Otra catáfora en el tercer párrafo, razón lógica que aparece tras el anuncio de su presencia: es lógico [que al no haber ordenadores y seguir con la tiza, hay que proteger de sus efectos].
En cuanto a anáforas, aparecen “el polvo [que] se produce, los alumnos, [que] naturalmente no son iguales, la única igualdad [en la que] vale la pena creer, esa [igualdad], vestir iguales a todos [los alumnos]. Además, esa y todos actúan a su vez como proformas
La deíxis temporal es importante y decisiva en la cohesión del texto, porque Jordi establece una comparación entre el pasado, el presente y el futuro:
Futuro, relacionado con la economía potenciada por ese medio millón de batas; esperanzador, puede prepararse para, será imprescindible, va a disminuir; la igualdad que no llegará con las batas; no va a poder ser, se necesitará.
Prresente, relacionado con la situación docente en la actualidad, la falta de respeto hacia los profesores, los déficits, la pretendida e imposible igualdad.
Pasado, relacionado con la primacía de las batas: la vuelta a las viejas batas era inevitable.
Otras palabras que reafirman la deíxis temporal son adverbios como “antes”, o  la locución “una vez”.
En conclusión, la bata, la vieja bata es una reliquia del pasado, pero al ser inevitable, se necesitará también en  el futuro para la mayoría, mientras que los uniformes y los portátiles son el presente para algunos. El futuro se construye sobre un pasado que se convierte en eterno presente: habrá que volver a la tiza. De esta forma, Jordi cierra el círculo eterno del que no se puede escapar, pues el sistema educativo no progresa, y cuando no se sabe hacia dónde mirar, “cualquier tiempo pasado es mejor”.
ORACIONES
1. Se acercó a la puerta, llamó al timbre y esperó.

En esta oración compuesta hay tres proposiciones. Las dos primeras están yuxtapuestas, y la tercera se coordina mediante nexo copulativo. La dificultad del SE consiste en que es un morfema verbal, ya que el verbo “acercar” cambia de significado si se elimina dicho morfema. Vamos, que es pronombre. Por otra parte, la proposición primera contiene un CCL en forma de S Prep., y la proposición segunda contiene otro CCL de la misma clase. El sujeto está omitido y es el mismo en las tres proposiciones.

2. Todos sabemos que muchos votantes son manipulados por campañas electorales agresivas.

Estamos ante una oración compuesta subordinada sustantiva de CD: Todos sabemos “ESO”, así que el “que” es una simple conjunción. El sujeto de la primera es el pronombre “Todos”, y el de la segunda es “Muchos votantes”. Toda la segunda proposición funciona como CD de la proposición 1. A su vez, la proposición 2 está en pasiva, y contiene un C Agente, “por campañas electorales agresivas”. El verbo, por tanto, es “son manipulados”. En efecto, los votantes no hacen nada en este caso, sino que les pasa.

3. Cuando llueve se queda en casa.

Oración compuesta subordinada adverbial propia, en la que la proposición principal es la segunda, “Se queda en casa”. El SE lo podéis analizar como dativo, pues existe la opción “queda en casa”, que nos suena rara pero que es correcta. La proposición subordinada, “cuando llueve”, funciona de CCT de la primera, y a su vez el adverbio “cuando” funciona como CCT de la segunda. En cuanto a sujetos, la principal lo tiene omitido, “él”, y la subordinada es impersonal de fenómeno atmosférico. “En casa” es un CCL.

4. Hemos estado en el pueblo donde se casó.

Sujetos omitidos: “nosotros” y “ella”. Es una oración compuesta subordinada adjetiva de adyacente. Aunque la principal está formada con el verbo “estar”, no es copulativa, pues “en el pueblo donde se casó” es un CCL.  A su vez, la subordinada va introducida por un adverbio relativo, “donde”, que funciona también como CCL de la prop. 2. El SE funciona como morfema verbal, pues no es lo mismo casar que casarse. Si lo analizáis como dativo, también está bien, pues en algunas zonas se dice “A casó con B”.

5. Hemos estado donde se casó.

Aunque parece igual que la anterior, esta oración compuesta subordinada no es adjetiva, SINO ADVERBIAL DE LUGAR. Para comprobarlo, sólo tenéis que intentar sustituir “donde se casó” por “ALLÍ”, y veréis que es posible y correcto, al contrario que en la anterior, que no admite la sustitución por el adverbio *Hemos estado en el pueblo allí, sino “Hemos estado en el pueblo PEQUEÑO”, que es un adjetivo. Los sujetos sí que son los mismos que en la anterior, “nosotros” y “ella”, y toda la segunda funciona de CCL de la primera, mientras que “donde” funciona de CCL de la segunda. Igual que la anterior, no es copulativa, sino PREDICATIVA.

¡¡Hasta el domingo, feliz Semana de Primavera!!

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