jueves, 16 de febrero de 2012

Paraísos

Hay días en que no hay más paraíso, ni se pretende, que tu cama y una ducha caliente. Días en que no hay más horizonte que la autovía a lo lejos, esa por la que tantas veces has pasado sin imaginar que en la distancia se parecería tanto a un sueño inalcanzable. Y deseas encontrarte en uno de esos camiones, rumbo hacia cualquier sitio, pero sabes que tus raíces tiran de ti hacia las losas asépticas que tienes bajo tus pies. Y entonces, piensas que, tan pronto puedas, te dejarás arrastrar por la autovía hacia el mar. No ahora; ahora, no. Pero sí cuando tu cama y una ducha caliente sean simplemente dos momentos del día como cualquier otro.

1 comentario:

  1. Ahora mismo han caido en mis manos unas tijeras de podar que cortan las raíces que tiran de mi hacia el suelo. Y deseo, más que nada en el mundo, romper las losas asépticas y encontrar la tierra húmeda y el barro sobre el que rebolcarme, cortarme y sangrar. Y algún dia volveré a darme una ducha caliente.

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