ROMANTICISMO
El
Romanticismo es un movimiento cultural y político originado en Alemania y en el Reino Unido (Gran Bretaña e Irlanda del Norte) a finales del siglo XVIII, que extendió su
influjo a lo largo de la primera mitad del siglo XIX, y que supone una reacción
revolucionaria contra el racionalismo
de la Ilustración
y el Clasicismo, confiriendo prioridad
a los sentimientos.
CARACTERÍSTICAS
1. Ruptura con la
tradición clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas
2. Búsqueda de la
libertad en todos los campos: artístico, político (Liberalismo frente al
Despotismo Ilustrado), personal (individualismo)
3. Exaltación del “yo” y
la interioridad del poeta frente al dominio de la razón del XVIII
4. Naturaleza
tempestuosa como reflejo del estado de ánimo: tormentas, noches tenebrosas
5. Gusto por los
ambientes góticos y sepulcrales: cementerios, tumbas, espíritus, ruinas,
supersticiones
6. Lo instintivo y lo
sentimental frente a lo racional
7. Revitalización de los
nacionalismos y defensa de las raíces culturales: defensa de las lenguas
autóctonas como el gallego, el catalán o el euskera, como contraposición a la
universalidad clasicista impuesta por Francia en la Ilustración
8. Huída del mundo real
hacia ambientes exóticos o hacia el pasado aristocrático de la Edad Media
9. Imposibilidad de
realización del amor y apetencia por la muerte como única salida
El
agotamiento de esta tendencia derivó en movimientos como el Parnasianismo, el Simbolismo o el Decadentismo, que confluyeron en el
Modernismo de finales del XIX. Posteriormente, una de las corrientes vanguardistas del siglo XX, el Surrealismo, llevó al extremo los
postulados románticos de la exaltación del yo.
El idealismo extremo
y exagerado que se buscaba en todo el Romanticismo encontraba con frecuencia un
violento choque con la realidad miserable y materialista, lo que causaba con
frecuencia que el romántico acabara con su propia vida mediante el suicidio. La mayoría de los románticos murieron jóvenes. Los románticos amaban la
naturaleza frente a la civilización como símbolo de todo lo verdadero y
genuino.
LITERATURA
DEL ROMANTICISMO
En
la prosa, incluso el género
didáctico pareció renovarse con la aparición del cuadro o artículo
de costumbres. También surgió el género de la novela
histórica y la novela gótica o de terror, así
como la leyenda, y se prestó atención a
géneros medievales como la balada y el romance.
Empiezan a escribirse novelas de
aventuras y folletines o novelas
por entregas.
El
teatro fue el gran vehículo de comunicación de la expresión romántica, era el
género más popular y a través de él se canalizaron sus anhelos de libertad y de
sentimiento nacional.
La
poesía trató de liberarse de las preceptivas neoclásicas, y prefirió cantar los
aspectos marginados de las convenciones sociales.
El
movimiento literario Sturm und Drang (en alemán: 'Tormenta e ímpetu'),
desarrollado durante la última mitad del siglo XVIII, fue el precedente
importante del Romanticismo alemán. Goethe y Poe son autores románticos que
destacaron en su producción.
En España el movimiento romántico tuvo precedentes en los afrancesados ilustrados españoles, como se aprecia en las Noches
lúgubres (1775). Pero el lenguaje romántico propiamente dicho
tardó en ser asimilado, debido a la reacción emprendida por Fernando VII tras la Guerra de la Independencia, que impermeabilizó
en buena medida la asunción del nuevo ideario.
AUTORES
José de
Espronceda (La canción del pirata, El estudiante de Salamanca, El
diablo mundo), y la prosa de Mariano José de Larra (Artículos de costumbres, literarios y
políticos), José Zorrilla (dramaturgo, autor del Don Juan
Tenorio) y el Duque de Rivas, quien, sin embargo, escribió la obra teatral que mejor representa los
temas y formas del romanticismo exaltado: Don Álvaro o la fuerza del sino.
Los últimos coletazos
corresponden a un Romanticismo tardío, o posromanticismo, con Gustavo Adolfo Bécquer (Rimas, Leyendas) y la gallega Rosalía de
Castro (Follas novas, Orillas del Sar)
EL REALISMO
El
realismo literario es una corriente estética que supuso una ruptura con
el romanticismo, tanto en los
aspectos ideológicos como en los formales, en el tercio central del siglo XIX,
y que extendió su influjo a casi toda la segunda mitad del siglo XIX.
En Francia, en 1856,
aparece una revista titulada precisamente Réalisme, que en uno de sus números dice:
El realismo pretende la reproducción exacta,
completa, sincera, del ambiente social y de la época en que vivimos... Esta
reproducción debe ser lo más sencilla posible para que todos la comprendan.
El
Realismo viene a ser en arte lo que el positivismo es en la Filosofía.
Ya en 1843 Balzac se proponía estudiar la
sociedad como un científico estudiaba la naturaleza. Y Baudelaire, en 1851, recomendaba:
"Estudiad todas las úlceras como el médico que está de servicio en un
hospital". Flaubert consultó tratados
médicos para describir la muerte por envenenamiento de su Madame Bovary,
y en general los novelistas se documentan rigurosamente sobre el terreno
tomando minuciosos apuntes sobre el ambiente, las gentes, su indumentaria, o
buscan en los libros los datos necesarios para conseguir la exactitud ambiental
o psicológica.
Los
escritores dejaron de centrarse en sí mismos y pusieron su interés en la
sociedad, observando y describiendo objetivamente los problemas sociales. En
cuanto a la expresión, prefirieron un estilo más sencillo, sobrio y preciso, en
el que adquirió relevancia la reproducción del habla coloquial, especialmente
en los diálogos, es decir, adoptando los niveles de lenguaje adecuados a los
personajes, que representaban todos los estratos sociales.
CARACTERÍSTICAS
- La literatura pretende ser un documento que pueda servir de testimonio
de la sociedad de su época.
- Rechazo de la subjetividad romántica y defensa de la objetividad:
verosimilitud
- Reproducción fiel y exacta de la realidad: descripción detallada de
todo lo cotidiano, con abundante adjetivación, enumeraciones y sustantivos
concretos
- Abandono de lo exótico y estudio de lo cotidiano
- Interés por los problemas políticos, humanos y sociales
- Sintaxis subordinada, párrafo largo y complejo
- Narrador omnisciente y uso del estilo indirecto libre
- Preferencia por los personajes comunes y corrientes, basados en
individuos reales de los que toma nota a través de cuadernos de
observación.
- Personajes complejos que evolucionan e interactúan influyendo en otros
- Las obras muestran una relación mediata entre las personas y su
entorno económico y social, del cual son exponente; la historia muestra a
los personajes como testimonio de una época, una clase social, un oficio,
etc.
- El autor analiza, reproduce y denuncia los males que aquejan a su
sociedad.
Evolución del
realismo
En España los supuestos realistas tienen una gran acogida: no en vano
contamos con los antecedentes de la picaresca, el Quijote y la literatura
costumbrista del Romanticismo. No obstante, se observan dos tendencias: un
realismo conservador, de marcado influjo católico, defendido por autores como
José Mª Pereda (Peñas arriba), Emilia Pardo Bazán (Los pazos de Ulloa, La madre
naturaleza) o Juan Valera (Pepita Jiménez, Juanita la Larga); y otro, de signo
progresista y anticlerical, que cuenta con Leopoldo Alas “Clarín” (La Regenta) y
Benito Pérez Galdós (Miau, Misericordia, Fortunata y Jacinta, Tormento,
Episodios Nacionales) como máximos exponentes.
El público estaba
interesado, más que por lo lejano en el tiempo y espacio y lo exótico de los
románticos, por los problemas próximos y cotidianos de la sociedad
contemporánea, siempre presente a través del periodismo, que se desarrolla ampliamente en el siglo XIX después de haber nacido en
el XVIII, y de la fotografía, nueva técnica que reproduce al detalle la realidad.
La
novela fue aumentando su popularidad gracias a su vinculación con la prensa
periódica, vehículo a través del que se difundieron, por entregas, numerosas
narraciones económicas que, de esa manera, llegaron a un público más amplio que
nunca hasta entonces, gracias al abaratamiento de los materiales de impresión y
edición y la alfabetización masiva por parte del estado, una de las conquistas
de las revoluciones burguesas, para garantizar en principio la igualdad ante la
ley.
La
libertad política y religiosa, la soberanía popular, el sufragio universal y
las reivindicaciones sociales fueron motores que desde ese momento movilizaron
en toda Europa a las masas de trabajadores y las impulsaron a participar en los
acontecimientos políticos. Doctrinas como el socialismo y el marxismo tuvieron una rápida
aceptación y contribuyeron a crear entre los obreros una viva conciencia de
clase, que prendió con gran fuerza entre el proletariado urbano, surgido como
consecuencia de la revolución industrial, sometido a condiciones de trabajo
infrahumanas y que sobrevivía a duras penas en las ciudades
Una vez dominadas las
técnicas del Realismo, se le da una vuelta de tuerca y se llega al Naturalismo, cuyos presupuestos expone
el escritor francés Émile Zola en su obra “La novela experimental”. Lo que se
pretende ahora es no sólo retratar fidedignamente la realidad, sino explicar y
justificar por qué las cosas son como son. Para ello los naturalistas se basan
en el determinismo: las personas deben su personalidad a la herencia genética y
a la educación recibida de pequeños. En España, las tesis naturalistas fueron
divulgadas y estudiadas por Emilia Pardo Bazán en su serie de artículos “La
cuestión palpitante”. Pero el Naturalismo en España se implantó con
limitaciones, atenuado y suavizado, pues no en vano persistía una larga
tradición católica contra la que se estrellaba el determinismo, ya que el
Catolicismo defiende que, en última instancia, Dios ha creado al hombre libre
para elegir y decidir.
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