domingo, 17 de junio de 2012

Romanticismo y Realismo: apuntes para los alumnos de 1º


ROMANTICISMO

El Romanticismo es un movimiento cultural y político originado en Alemania y en el Reino Unido (Gran Bretaña e Irlanda del Norte) a finales del siglo XVIII, que extendió su influjo a lo largo de la primera mitad del siglo XIX, y que supone una reacción revolucionaria contra el racionalismo de la Ilustración y el Clasicismo, confiriendo prioridad a los sentimientos.

 CARACTERÍSTICAS

1.     Ruptura con la tradición clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas

2.     Búsqueda de la libertad en todos los campos: artístico, político (Liberalismo frente al Despotismo Ilustrado), personal (individualismo)

3.     Exaltación del “yo” y la interioridad del poeta frente al dominio de la razón del XVIII

4.     Naturaleza tempestuosa como reflejo del estado de ánimo: tormentas, noches tenebrosas

5.     Gusto por los ambientes góticos y sepulcrales: cementerios, tumbas, espíritus, ruinas, supersticiones

6.     Lo instintivo y lo sentimental frente a lo racional

7.     Revitalización de los nacionalismos y defensa de las raíces culturales: defensa de las lenguas autóctonas como el gallego, el catalán o el euskera, como contraposición a la universalidad clasicista impuesta por Francia en la Ilustración

8.     Huída del mundo real hacia ambientes exóticos o hacia el pasado aristocrático de la Edad Media

9.     Imposibilidad de realización del amor y apetencia por la muerte como única salida

El agotamiento de esta tendencia derivó en movimientos como el Parnasianismo, el Simbolismo o el Decadentismo, que confluyeron en el Modernismo de finales del XIX. Posteriormente, una de las corrientes vanguardistas del siglo XX, el Surrealismo, llevó al extremo los postulados románticos de la exaltación del yo.

Los héroes románticos son, con frecuencia, prototipos de rebeldía (Don Juan, el pirata, Prometeo)

El idealismo extremo y exagerado que se buscaba en todo el Romanticismo encontraba con frecuencia un violento choque con la realidad miserable y materialista, lo que causaba con frecuencia que el romántico acabara con su propia vida mediante el suicidio. La mayoría de los románticos murieron jóvenes. Los románticos amaban la naturaleza frente a la civilización como símbolo de todo lo verdadero y genuino.

LITERATURA DEL ROMANTICISMO


En la prosa, incluso el género didáctico pareció renovarse con la aparición del cuadro o artículo de costumbres. También surgió el género de la novela histórica y la novela gótica o de terror, así como la leyenda, y se prestó atención a géneros medievales como la balada y el romance. Empiezan a escribirse novelas de aventuras y folletines o novelas por entregas.

El teatro fue el gran vehículo de comunicación de la expresión romántica, era el género más popular y a través de él se canalizaron sus anhelos de libertad y de sentimiento nacional.

La poesía trató de liberarse de las preceptivas neoclásicas, y prefirió cantar los aspectos marginados de las convenciones sociales.

El movimiento literario Sturm und Drang (en alemán: 'Tormenta e ímpetu'), desarrollado durante la última mitad del siglo XVIII, fue el precedente importante del Romanticismo alemán. Goethe y Poe son autores románticos que destacaron en su producción.

En España el movimiento romántico tuvo precedentes en los afrancesados ilustrados españoles, como se aprecia en las Noches lúgubres (1775). Pero el lenguaje romántico propiamente dicho tardó en ser asimilado, debido a la reacción emprendida por Fernando VII tras la Guerra de la Independencia, que impermeabilizó en buena medida la asunción del nuevo ideario.

AUTORES

José de Espronceda (La canción del pirata, El estudiante de Salamanca, El diablo mundo), y la prosa de Mariano José de Larra (Artículos de costumbres, literarios y políticos), José Zorrilla (dramaturgo, autor del Don Juan Tenorio) y el Duque de Rivas, quien, sin embargo, escribió la obra teatral que mejor representa los temas y formas del romanticismo exaltado: Don Álvaro o la fuerza del sino.

Los últimos coletazos corresponden a un Romanticismo tardío, o posromanticismo, con Gustavo Adolfo Bécquer (Rimas, Leyendas) y la gallega Rosalía de Castro (Follas novas, Orillas del Sar)

EL REALISMO


El realismo literario es una corriente estética que supuso una ruptura con el romanticismo, tanto en los aspectos ideológicos como en los formales, en el tercio central del siglo XIX, y que extendió su influjo a casi toda la segunda mitad del siglo XIX.

En Francia, en 1856, aparece una revista titulada precisamente Réalisme, que en uno de sus números dice:

El realismo pretende la reproducción exacta, completa, sincera, del ambiente social y de la época en que vivimos... Esta reproducción debe ser lo más sencilla posible para que todos la comprendan.

El Realismo viene a ser en arte lo que el positivismo es en la Filosofía. Ya en 1843 Balzac se proponía estudiar la sociedad como un científico estudiaba la naturaleza. Y Baudelaire, en 1851, recomendaba: "Estudiad todas las úlceras como el médico que está de servicio en un hospital". Flaubert consultó tratados médicos para describir la muerte por envenenamiento de su Madame Bovary, y en general los novelistas se documentan rigurosamente sobre el terreno tomando minuciosos apuntes sobre el ambiente, las gentes, su indumentaria, o buscan en los libros los datos necesarios para conseguir la exactitud ambiental o psicológica.

Los escritores dejaron de centrarse en sí mismos y pusieron su interés en la sociedad, observando y describiendo objetivamente los problemas sociales. En cuanto a la expresión, prefirieron un estilo más sencillo, sobrio y preciso, en el que adquirió relevancia la reproducción del habla coloquial, especialmente en los diálogos, es decir, adoptando los niveles de lenguaje adecuados a los personajes, que representaban todos los estratos sociales.

CARACTERÍSTICAS

  1. La literatura pretende ser un documento que pueda servir de testimonio de la sociedad de su época.
  2. Rechazo de la subjetividad romántica y defensa de la objetividad: verosimilitud
  3. Reproducción fiel y exacta de la realidad: descripción detallada de todo lo cotidiano, con abundante adjetivación, enumeraciones y sustantivos concretos
  4. Abandono de lo exótico y estudio de lo cotidiano
  5. Interés por los problemas políticos, humanos y sociales
  6. Sintaxis subordinada, párrafo largo y complejo
  7. Narrador omnisciente y uso del estilo indirecto libre
  8. Preferencia por los personajes comunes y corrientes, basados en individuos reales de los que toma nota a través de cuadernos de observación.
  9. Personajes complejos que evolucionan e interactúan influyendo en otros
  10. Las obras muestran una relación mediata entre las personas y su entorno económico y social, del cual son exponente; la historia muestra a los personajes como testimonio de una época, una clase social, un oficio, etc.
  11. El autor analiza, reproduce y denuncia los males que aquejan a su sociedad.

Evolución del realismo

En España los supuestos realistas tienen una gran acogida: no en vano contamos con los antecedentes de la picaresca, el Quijote y la literatura costumbrista del Romanticismo. No obstante, se observan dos tendencias: un realismo conservador, de marcado influjo católico, defendido por autores como José Mª Pereda (Peñas arriba), Emilia Pardo Bazán (Los pazos de Ulloa, La madre naturaleza) o Juan Valera (Pepita Jiménez, Juanita la Larga); y otro, de signo progresista y anticlerical, que cuenta con Leopoldo Alas “Clarín” (La Regenta) y Benito Pérez Galdós (Miau, Misericordia, Fortunata y Jacinta, Tormento, Episodios Nacionales) como máximos exponentes.

El público estaba interesado, más que por lo lejano en el tiempo y espacio y lo exótico de los románticos, por los problemas próximos y cotidianos de la sociedad contemporánea, siempre presente a través del periodismo, que se desarrolla ampliamente en el siglo XIX después de haber nacido en el XVIII, y de la fotografía, nueva técnica que reproduce al detalle la realidad.

La novela fue aumentando su popularidad gracias a su vinculación con la prensa periódica, vehículo a través del que se difundieron, por entregas, numerosas narraciones económicas que, de esa manera, llegaron a un público más amplio que nunca hasta entonces, gracias al abaratamiento de los materiales de impresión y edición y la alfabetización masiva por parte del estado, una de las conquistas de las revoluciones burguesas, para garantizar en principio la igualdad ante la ley.

La libertad política y religiosa, la soberanía popular, el sufragio universal y las reivindicaciones sociales fueron motores que desde ese momento movilizaron en toda Europa a las masas de trabajadores y las impulsaron a participar en los acontecimientos políticos. Doctrinas como el socialismo y el marxismo tuvieron una rápida aceptación y contribuyeron a crear entre los obreros una viva conciencia de clase, que prendió con gran fuerza entre el proletariado urbano, surgido como consecuencia de la revolución industrial, sometido a condiciones de trabajo infrahumanas y que sobrevivía a duras penas en las ciudades

Una vez dominadas las técnicas del Realismo, se le da una vuelta de tuerca y se llega al Naturalismo, cuyos presupuestos expone el escritor francés Émile Zola en su obra “La novela experimental”. Lo que se pretende ahora es no sólo retratar fidedignamente la realidad, sino explicar y justificar por qué las cosas son como son. Para ello los naturalistas se basan en el determinismo: las personas deben su personalidad a la herencia genética y a la educación recibida de pequeños. En España, las tesis naturalistas fueron divulgadas y estudiadas por Emilia Pardo Bazán en su serie de artículos “La cuestión palpitante”. Pero el Naturalismo en España se implantó con limitaciones, atenuado y suavizado, pues no en vano persistía una larga tradición católica contra la que se estrellaba el determinismo, ya que el Catolicismo defiende que, en última instancia, Dios ha creado al hombre libre para elegir y decidir.


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